Turquesa

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Piedra turquesa

Piedra turquesa azulLa turquesa es una gema que se ha estado usando desde épocas remotas. Ya los egipcios en sus etapas más antiguas(3000 AC) la usaban como piedra preciosa. Esta gema la obtenían de los yacimientos de la península del Sinaí, y la transportaban en caravanas hasta las principales ciudades del antiguo Egipto. Pero no sólo fueron los egipcios los que usaron esta piedra azul tan peculiar. Otros pueblos de Asia Central también la conocieron y usaron desde el tiempo de Ciro el Grande. Antes del siglo XIV los comerciantes ya habían traído la turquesa hasta Europa. En aquel tiempo, la puerta de entrada al continente europeo para el comercio de esta piedra era Turquía, de ahí proviene el nombre Turquesa.

Por otro lado, cuando los españoles llegaron al Nuevo Mundo, vieron que también los indios aztecas usaban la codiciada piedra azul turquesa. En este caso, las piedras eran traídas hasta México desde yacimientos situados al sur de lo que hoy son los Estados Unidos de América.

Composición y estructura

La turquesa es un fosfato de aluminio y Cobre hidratado. Su fórmula química es CuAl9(PO4)4(OH)85H2O, pudiendo parte del aluminio ser sustituido por hierro.

Cuando todo el aluminio es sustituido por hierro estaríamos ante una especie mineral diferente, denominada calcosiderita. Existe otro mineral, la faustita, mineral de zinc y cobre, el cual forma serie isomorfa con la turquesa.

La turquesa se presenta en la naturaleza en capas finas, incrustaciones, o masa arriñonadas, constituidas por agregados de cristales sumamente pequeños(criptocristalinos). Son escasos los cristales individuales y siempre de reducido tamaño. Cristaliza en el sistema triclínico.

Estos agregados cristalinos presentan una textura masiva, más o menos compacta, con un elevado grado de porosidad, lo que permite incorporar, mediante tratamientos, sustancias que realzan la piedra o corrigen las deficiencias derivadas de la porosidad.

Tipos de Turquesa

La turquesa debe su color a la presencia de Cobre, pudiendo variar desde el azul claro al azul verdoso. Con la luz del sol el color natural va palideciendo, debido a la pérdida de moléculas de agua, y con el tiempo tiende a volverse de color verdoso.

Se distinguen tres variedades de turquesa:

  • Turquesa Persa: Es de color azul intenso muy vistoso. Es la variedad más valorada.
  • Turquesa Egipcia: Es de tono azul verdoso y suele tener aspecto vítreo.
  • Turquesa USA: Su color es azul pálido con tendencia al verde.

Muchas de las turquesas que encontramos en el mercado son teñidas artificialmente con sales de cobre y de hierro, normalmente para acentuar el color azul. También es común que se usen recubrimientos con productos plásticos u orgánicos, que facilitan la conservación del color natural al proteger a la piedra de la pérdida de agua por evaporación.

Algunas turquesas presentan finas vetas o nervios de color marrón o gris oscuro, que corresponden a restos de la roca madre, habitualmente limonita. A estas turquesas, se las llama turquesas matrix.

Propiedades

Dureza: 5 -6 en escala de Mohs.
Exfoliación: No presenta.
Fractura: Concoidea. Se trata de una gema bastante frágil que se fractura con facilidad.
Densidad: Variable según su porosidad, variando entre 2,31 – 2,84.
Brillo: Céreo.
Transparencia: Opaca. Puede ser semi translúcida en los bordes de la piedra.
Carácter óptico: Biáxico positivo.
Índice de refracción: 1,61 – 1,65. Resulta bastante difícil de determinar el I.R.
Espectro de absorción: Muestra el espectro del Cobre, si bien son muy difíciles de distinguir las dos líneas en el violeta.
Luminiscencia: Bajo la luz ultravioleta de onda larga, presentan color azul. También amarillo verdoso a brillante. Con luz ultravioleta de onda corta, no presenta.

Cómo distinguir la turquesa de sus imitaciones

La turquesa natural, es una gema complicada de distinguir de otras piedras preciosas parecidas, tales como la crisocola, variscita, odontolita, faustita, lazulita etc. También existen imitaciones realizadas con vidrio, porcelanas, plásticos, hueso teñido, calcedonia teñida, etc. Y, por supuesto, también podemos encontrarnos turquesa sintética. que se produce en laboratorio desde 1972, con resultados muy parecidos a las turquesas naturales de mejor calidad.

Turquesas falsas. Cómo reconocerlas.

Turquesa Sintética

Este tipo de turquesa, que produce la casa francesa Gilson en laboratorio desde 1972, se comercializa con resultados muy parecidos a las turquesas naturales de mejor calidad, y se requiere una gran especialización para diferenciarla.

El mejor método para distinguirlas de las naturales es mediante el análisis de su densidad y la dureza, ya que ambas propiedades varían según sean sintéticas o no.

Crisocola

En el caso de la piedra crisocola, al igual que en las turquesas sintéticas, lo mejor es recurrir al estudio de su dureza y densidad. Ya que la crisocola es más blanda y de menor densidad que la turquesa natural. Si quieres saber más sobre esta gema preciosa, sigue el enlace piedra crisocola azul.

Variscita

La forma más fácil de distinguir a la variscita de la turquesa es por el color. La variscita tiene un peculiar tono verdoso y además, al contrario que la turquesa, no contiene Cobre.

Faustita

La faustita es una piedra muy difícil de distinguir a simple vista ya que, recordemos, forma serie isomorfa con la Turquesa. En cualquier caso es un mineral muy escaso y raro, con tendencia al color verdoso.

Lazulita

La lazulita tiene un color más fuerte que la turquesa, por lo que suele distinguir, relativamente, bien a simple vista.

Turquesas teñidas y mejoradas

Las turquesas naturales de baja calidad son tratadas de forma habitual mediante impregnaciones plásticas, aceites, o parafinas, para mejorar su aspecto. Un truco para detectar este tipo de tratamientos es calentar una aguja muy fina y «pinchar» la piedra con el metal al rojo vivo. Si la turquesa ha sido tratada desprenderá el olor característico de la sustancia impregnante.

Los tratamientos por tinción, son más difíciles de descubrir. Se pueden hacer pruebas químicas en partes ocultas de la gema para ver la cantidad de cobre que contienen. También se suelen realizar pruebas de exposición a rayos ultravioletas.

Turquesa reconstituida

Muy difícil es también la distinción de la turquesa natural con respecto a la llamada turquesa reconstituida, también conocida como turquesa prensada. Estas piedras falsas hechas a base de polvo de turquesa y mezclas de sustancias químicas o cerámicas.

Para reconocerlas se suelen usar la difracción de los rayos X, ácidos, constantes físicas y ópticas, punzón caliente etc. La difracción de los rayos x suele ser el mejor método, aunque precisa de una pequeña muestra obtenida de la gema.

Yacimientos

La turquesa es un mineral de origen secundario, o sedimentario, que aparece en forma de filones o vetas que atraviesan rocas volcánicas alteradas en mayor o menor medida.

Las turquesas naturales de mejor calidad procedían de Nishapur, en Persia, aunque los yacimientos están ya muy agotados y producen escaso material de auténtica calidad. La turquesa extraída del yacimiento de Nishapur ha sido siempre reconocida por su color azul celeste intenso y su reducida porosidad, cualidades muy apreciadas en esta piedra preciosa.

Existen otros yacimientos en Uzbekistán ,  Arizona, Nevada, Nuevo México, California. También en Chile (Chuquicamata), Australia, China e India, pero en general son de poca importancia y de no muy buena calidad.

Significado de la piedra turquesa

La turquesa es una de las piedras preciosas más legendarias. Los cristales de turquesa son unos de los más demandados dentro del mundo de los minerales a los que se les atribuyen poderes tanto mágicos como curativos. Tal vez sea su atractivo color azul verdoso, o quizá la costumbre de ser utilizados desde hace milenios por sus propiedades esotéricas, el caso es que la turquesa es una gema que cada vez es más demandada.

Ya en el antiguo Egipto, alrededor del 3000 A.C., comenzó a ser utilizada en las joyas de los faraones. Esto se sabe a ciencia cierta porque los egipcios tenían la costumbre de enterrar a sus muertos junto a sus joyas y demás pertenencias terrenales. Son muchos los faraones cuyas tumbas se han encontrado con el correspondiente ajuar funerario intacto. Como característica común a todos esos enterramientos siempre se encontró la piedra turquesa, ya que además de una preciosa joya, también se la consideraba un magnífico amuleto y una puerta de conexión con el otro mundo…

Los indios americanos también la consideraban una piedra sagrada y la usaban como una poderosa herramienta de curación y para crear una conexión entre el cielo y la tierra.

Esta piedra piedra azul ha sido considerada por innumerables culturas como una piedra sanadora con un gran poder de curación.

Poderes de la turquesa

Siempre se ha considerado a la turquesa como un talismán, una piedra protectora que acompañaba a los guerreros en la batalla. La belleza azul de la turquesa ha sido descubierta en antiguas máscaras ceremoniales y en los pertrechos militares de los aztecas, un tribu tan guerrera como mística. Los aztecas creían que la turquesa les proporcionaba protección personal contra las fuerzas negativas.

Los persas creían que la piedra turquesa traía buena suerte cuando reflejaba la luz de la luna llena.

Tal vez hoy no libremos batallas de acero y sangre pero, ¿acaso no es también una ardua batalla levantarse cada día y bregar con el estrés crónico, con los males de amores, con las dificultades para relacionarnos y convivir con los demás, y con una larguísima lista de cansinas situaciones cotidianas que seguro que se te vienen a la cabeza…?

Bueno, si opinas que sí, entonces poner una piedra turquesa en tu vida puede servirte de gran ayuda. Las vibraciones energéticas de esta piedra están ligadas a los elementos de tierra y aire, por lo que constituirán un oasis espiritual en el desierto de la vida material que te envuelve cada día.

Cómo usar la piedra turquesa

Los cristales de turquesa son un amuleto de buena suerte para la salud y la abundancia. Úsala para alinear tus centros de energía, ayudando a despejar el camino hacia una conciencia superior.

Disfruta de los beneficios terapéuticos que esta piedra proyecta. Incorpórala a tu rutina de meditación y beneficiate de su efecto calmante; te transmitirá la tranquilidad y la calma que necesitas. Notarás la mejoría enseguida, en tu día a día. Los problemas seguirán estando ahí(no creas todas las tonterías que por ahí se dicen de que las piedras eliminarán todos tus problemas, como si fueran un varita mágica), pero el cambio estará en tí, en la forma en que lograrás afrontarlos.

Todo en la vida es cuestión de actitud, ahí reside la verdadera fuerza de esta piedra azul que te ayudará a canalizar toda la energía positiva(que te aseguro que tú tienes) para encontrar las mejores soluciones en cada momento. Las energías negativas se evaporarán solas… Recuerda que el dolor nos lo provocamos nosotros mismos, las energías negativas se ceban en nosotros y no nos dejan encontrar soluciones, y es esto lo que realmente nos hiere.

Esta piedra te mantiene siempre conectado a la energía curativa del agua, el elemento de la vida, el elemento que mantiene vivo el planeta y al que le debemos nuestro propio origen. Simplemente mira a la piedra y dirígete a ella con convicción. Saca todo lo positivo de tí y díselo. La gema sabrá escucharte, será un amplificador de buenas vibraciones que volverán a ti magnificadas.

Usar joyería con turquesa

Beneficiarte de todas las propiedades de la turquesa es tan fácil como llevar encima una joya con esta piedra mágica. No solo te aprovecharás de todo su poder de purificación energética, sino que además, su precioso color azul aportará un brillo especial a tu vestuario cotidiano.

Atractiva y vibrante, la joyería con turquesa añade ese toque especial de color a tu vida. Lo mejor de todo es que podrás usarla en todas las épocas del año, ya que la amplia oferta de diseño de joyería con turquesa encontrarás joyas adecuadas para cada una de las estaciones.

Los anillos y pulseras con turquesas son ideales para llevar en cualquier época y, además de brindarte su protección contra la mala suerte, harán que luzcas siempre con un brillo especial allá a donde vayas.

Los collares con turquesa son también una magnífica idea. Siente la piedra preciosa de turquesa pegada al pecho y verás como enseguida se elevará tu autoconfianza y  bienestar, ya que la gema energizará todos los centros de los chakras.

Cuando llevas un collar hecho de turquesa cerca del corazón sientes los efectos curativos de sus vibraciones positivas. El color azul de la turquesa te llevará hasta un paraíso onírico, a orillas de un mar calmo, de aguas límpidas que se rompen y se deshacen en suaves y espumosas caricias sobre tu piel. Un susurro azul que te recordará a cada instante lo importante que eres, una pieza imprescindible que encaja a la perfección en la vida que compartes con todas las personas queridas. Será una luz azul que te guiará y te ayudará a avanzar sorteando los problemas e inconvenientes que a todos se nos presentan en la vida.

La turquesa será tu faro en la tormenta, pero también el lugar donde se concentrará la energía de todos los buenos momentos que te sucedieron en la vida. Y, por supuesto, un potente atractor de la felicidad.

Cómo limpiar la piedra turquesa

Limpieza energética de la turquesa

Todas las piedras energéticas después de un tiempo siendo usadas necesitan que se les haga una limpieza para eliminar todas las energías negativas que han ido absorbiendo.  También es necesario que purifiquemos y liberemos a nuestra turquesa de estas malas energías para que pueda seguir trabajando para nosotros a pleno rendimiento.

Existen varios métodos para purificar la turquesa, pero yo aquí te voy a poner uno que es bastante fácil y efectivo, por lo que a mí me gusta mucho. Se trata del método de limpieza a través de la luz de la luna.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la luz de la luna no es siempre igual de poderosa. Los mejores días para aprovechar el poder de limpieza de la luna son aquellos que están más próximos a la luna llena. Los días más idóneos serían aquellos que incluyen entre una semana antes y otra después del plenilunio(Hay quien dice que la luna nueva también es un buen momento, pero yo no lo he comprobado nunca y ya sabes que a mí solo me gusta decirte lo que sé que funciona).

Debes poner tus piedras de turquesa o joyas afuera, cuando el sol empiece a caer o incluso cuando ya se haya hecho de noche. Lo importante es que estén expuestas a la luz de la luna. Al colocarlas, recuerda pensar en algo positivo, por ejemplo un buena experiencia o un momento del día en que te hayas reído. Será tan fácil como que mientras duermes  tu turquesa se limpiará y renovará sus energías.

Lo ideal es que las piedras estén a cielo abierto, pero si no tienes esta posibilidad también puedes hacerlo en casa, en un lugar donde la luz de la luna pase a través de la ventana. La energía no será tan fuerte, pero será suficiente.

Me gusta este método porque la luz de la luna es segura para todas las piedras, cosa que no ocurre con otros métodos que involucran la luz del sol, por ejemplo.

Limpieza y cuidado de joyas con turquesa

La turquesa es un piedra maravillosa, llena de belleza y de propiedades y poderes muy beneficiosos para quien la lleva puesta. Sin embargo, a pesar de ser una piedra con tantos poderes, es también un gema muy delicada. Para poder conservarla en buen estado durante muchos años tendrás que tener una serie de cuidados y atenciones:

  • Para limpiar la turquesa o joyas que contengan esta piedra azul, bastará con que la laves con agua tibia y un jabón neutro. Puedes frotar con un cepillo de cerdas suaves para eliminar cualquier resto de suciedad resistente. Secar enseguida con un paño suave.
  • Es muy importante que no uses métodos abrasivos, ya que la turquesa en una gema relativamente blanda y podría estropearse.
  • No uses métodos de limpieza al vapor o mediante ultrasonidos. Al ser una piedra que a menudo es tratada para mejorar su aspecto superficial, podrías ocasionar un daño irreversible.
  • Recuerda que el calor o los disolventes también pueden dañar las superficies tratadas.
  • Es un piedra muy porosa por lo que exponerla a líquidos u otras sustancias agresivas podría dañarla.
  • Debes guardar tu piedra alejada del calor y la luz solar. El motivo es que con el tiempo las turquesas suelen adquirir un tono verdoso por estas causas.
  • Guardar en joyero individual o bien envueltas en un paño para que no se dañen al tener contacto con otras gemas de mayor dureza.

OTRAS PIEDRAS PRECIOSAS

ADVERTENCIA

Debes recordar que aunque la sabiduría popular parece avalar el tratamiento de ciertas dolencias por medio del uso de técnicas ancestrales basadas en cristales minerales, lo cierto es que la gemoterapia, a día de hoy, no tiene ningún rigor científico. Por ello, es MUY IMPORTANTE que, ante cualquier enfermedad o dolencia física o síquica debas imperativamente acudir al médico. Recuerda que los profesionales de la sanidad son quienes mejor podrán ayudarte en caso de que tengas problemas de salud. Estas terapias de cristales son un complemento y una ayuda, pero en ningún caso pueden sustituir a la consulta de un facultativo.